Antón Álvarez Alfaro le encanta ir a la contra. Esto es un hecho fácilmente contrastable en su trayectoria musical, en las polémicas que ha protagonizado y en los sucesivos cambios de nombre o estética. Por eso no puede sorprender a nadie que, en un tiempo de Narcisos, él haya decidido personificar al rey Midas, siguiendo religiosamente aquel mito que, en palabras del filósofo mexicano Héctor Zagal Arreguín, «exhibe cómo la ambición desmedida puede resultar contraproducente». ¿Casualidad que su película tenga por título Esta ambición desmedida? Permítannos la duda, porque C. Tangana, o El Madrileño, o Puchito, o el antiguo Crema, o el miembro del colectivo Agorazein, no da puntada sin hilo. De ahí su fama de ser uno de los tíos más listos de la industria musical, y su enfado, manifestado en los primeros minutos del documental, porque, según dice, «el discurso siempre es el de “es muy inteligente, sabe muy bien lo que quiere”. Sí, y escribo unos barrotes y se me ocurren unas ideas de producción increíbles y soy un puto artista como la copa de un pino». […] Jot Down Cultural Magazine Leer más